Jesús ha venido para cargar con nuestros pecados. Por amor. Se entrega por mí, sin reservas, sin guardarse nada. Conoce todo el sufrimiento que va a padecer y se entrega para salvarme. ¿Y yo estoy dispuesto a entregarle todo lo que me pida? Pidamos al Señor la fuerza para entregarnos a Él sin mirar atrás.