Nuestras luchas no siempre tienen respuestas en el momento, pero incluso cuando no podemos verlas, siempre tienen un propósito. Veamos cómo Dios nunca desperdicia dolor y sufrimiento transformándolos en preparación para algo mucho más grande. Veamos cómo todo sucede por algo y a través de las pruebas, las luchas y el dolor crecemos para ser fuertes y encontrar propósito.
¿Dios protege a uno y a otros no? ¿Por qué me está pasando esto, justo ahora? Cuando decimos «Dios está en control», ¿sabemos lo que estamos diciendo?
Las casualidades no existen y Dios terminará por demostrarte que Él dispone todo para tu bien, si le amas.