Reflexionando sobre el milagro de la «Multiplicación de los panes y los peces», D. Sebastián García-Noblejas, en «Acompañando a Jesús», señala que este hecho es un prodigio de amor en el que quiere necesitar de un muchacho y de lo poco que tenía. También es así con nosotros: quiere necesitarnos, quiere que le entreguemos lo poco que tenemos, lo poco que somos, para hacer grandes milagros, para hacer grandes obras, grandes prodigios.