La sabiduría de Dios se ha hecho hombre y nos ha hablado con palabras humanas, para que, escuchándole y creyendo en Él, tengamos la vida en nosotros. El Padre solo ama a quien toma en serio a su Hijo Jesucristo. Si vivimos con Él y tenemos la fe bien puesta en el corazón, nos veremos libres de una de las peores enfermedades espirituales, que es la ignorancia.