Un anciano vagabundo y su nieta estaban ateridos de frío y muertos de hambre porque ese día habían ganado muy pocas limosnas. Mientras el anciano tocaba malamente su violín, tres hombres se acercaron a ellos y este les pidió una limosna. Ellos, llenos de lástima, cogieron el violín del anciano y comenzaron a tocar… ¿Cómo terminará la historia? ¿Es verdad que todavía existen hombres buenos capaces de compadecerse de los demás por amor a Dios? ¡No te pierdas esta pequeña historia!