D. Juan Miguel Prim nos habla de la vocación al sacerdocio, precedida siempre de la llamada de Dios, que se sirve de la vida de la Iglesia. Por ello, es necesario crear una cultura de la vocación y fomentar en las familias y parroquias la disponibilidad a la escucha del Señor. Él confía a la Iglesia el discernimiento de los llamados.