Probablemente ninguno de
nosotros llegue a tener los súper poderes de héroes de ficción como
Superman, pero algo si es seguro, Dios puede usarnos de forma
sobrenatural.
A nuestra características naturales Dios le añade su
Espíritu y… BAM! Transforma gente ordinaria en herramientas
extraordinarias en sus manos.
Gedeón pensaba que no tenía lo necesario para servir a Dios, pero Él le demostró lo contrario.