En su primer siglo de existencia, la historia de la Universidad de Concepción es un reflejo de su espíritu innovador, regionalista e impulsor del libre pensamiento, pero hay un factor que resuena de manera especial en el actual contexto: la resiliencia, la capacidad de las organizaciones para adaptarse a situaciones adversas.
Nacida tras la pandemia de la gripe española, que terminó con la vida de cerca de 20 mil compatriotas a inicios del Siglo XX, la UdeC ha tenido que levantarse después del impacto de terremotos (1939, 1960 y 2010), incendios, crisis económicas y regímenes dictatoriales que, de distintas maneras, han afectado tanto a la institución como a sus integrantes.