DOMINGO IV- ORDINARIO - C - Febrero 3 - 2019

La Liturgia de este Domingo IV del Tiempo Ordinario nos habla de tres temas muy interesantes: 

El primero la vocación del profeta Jeremías que no fuè una visión grandiosa como en el caso de Isaías o Ezequiel, sino una progresiva iluminación interior como lo expresa el Cap.1 de su libro: "Antes de formarte en el seno de tu madre ya te conocía y antes de que nacieras Yo te consagré y te destiné a ser profeta  de las naciones".

El segundo tema lo trae San Pablo con ese maravilloso canto al amor que disculpa sin limites, espera sin limites y ama y aguanta sin limites, entre estas tres la más grande y perfecta es el amor.

El trecer tema es continuación del Evang. del Domingo pasado, Jesús en la sinagoga leyendo el pasaje del profeta Isaías ante la admiración de todos los oyentes quienes tenían los ojos fijos en El. Y hoy la asamblea toma una actitud opuesta al escuchar el programa de la misión de Jesús, caracterizado por la misericordia, la comprensión, la liberación de los oprimidos y la salvación para todos. Los oyentes se desilucionaron porque vieron  que Jesús no era el tipo de Maestro politico, vengativo y castigador que todos esperaban. Es decir: los oyentes de Jesús no fueron capaces de descubrir  en el humilde hombre de Nazareth a la persona divina al enviado por Dios con un mensaje preciso para cada uno. Por eso Lucas nos presenta a la persona de Jesus amado, admirado y al mismo tiempo odiado, rechazado y amenazado. Pero asi lo habia anunciado Simeón a María su madre: "Este será signo de contradicción para muchos"