Los santos pastorcitos Francisco y Jacinta Marto junto con su prima Lucía recibieron la visita de la Virgen María en Fátima (Portugal) el 13 de mayo de 1917. Tenía Jacinta siete años y su hermano Francisco nueve. Vivieron con generosidad lo que les había pedido la Virgen y la recomendación que les había dado antes el ángel: “De todo lo que podáis, ofreced a Dios sacrificios en reparación por los muchos pecados con que es ofendido. Ofreced oraciones y sacrificios por la conversión de los pecadores. Y sobre todo aceptad y soportad con sumisión los sufrimientos que el Señor quiera enviaros”.