“…Yo no comparto su fe. Pero si lo hiciera, si yo creería en lo que usted dice que cree, entonces, aunque Inglaterra estuviera cubiertas de vidrios rotos de costa a costa, me arrastraría a lo largo y ancho de la misma con las manos y las rodillas, y creo que el dolor valdría la pena, tan sólo para salvar a un alma de este infierno eterno del que me habla.”
Palabras de Charles Peace, criminal británico hablando con el capellán que lo entregaría al verdugo para ejecutar sobre él, la pena de muerte.
Todos hemos oído sobre el infierno, pero pocos creemos en él.