En esta narración de «Los sueños de S. Juan Bosco», el santo vio un elefante blanco que a primera vista parecía muy manso y amigo de los jóvenes. Pero después de la misa, se descubrió que el elefante era tremendamente malo y quería acabar con los jóvenes. A la misma vez, la estatua de la Virgen cobró vida y llamaba a sí a todos los jóvenes. Unos acudieron al instante, otros, sin embargo, corrían sin rumbo y eran heridos por el elefante y, lamentablemente otros, se unían al monstruo. Pero la Virgen consiguió salvar a todos los que la dejaron actuar.