La fe entró y se mantuvo en la familia de Carlos Cortés precisamente gracias al rezo del rosario. Pero, además, en un momento de su conversión, experimentó que la Virgen quería que él lo rezara a diario. Él respondió a la petición de Nuestra Madre con otra petición: que Ella le concediera la gracia de poder rezar el rosario todos los días. Desde su experiencia, Carlos nos anima en este programa, «Orando con María», a no perder las oportunidades que surgen a lo largo del día para rezar el rosario, porque «es una gracia enorme».