Obispo de Mira, en Licia (hoy Turquía), murió mediado el siglo IV y fue venerado por toda la Iglesia, sobre todo desde el siglo X. El santo Obispo de Mira fue venerado por toda la Iglesia, sobre todo desde el siglo X. El rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, reconquistó Alicante del dominio de los musulmanes el 6 de diciembre de 1247, fiesta de San Nicolás, por lo que le dedicó un templo y lo aclamó como Patrono de la ciudad. La devoción al santo Obispo de Mira se extendió rápidamente entre los fieles alicantinos y perdura hasta nuestros días.