Érase una vez un sastre que tenía tres hijos: el larguirucho, el gordinflón y el tonto, cuyos oficios eran, respectivamente: carpintero, molinero y tornero. Los tres salieron del país para ganar fortuna, siendo empleados por un hombrecillo que les obsequió con unos misteriosos regalos. Pero he aquí, que un posadero ambicioso robó a los dos primeros su preciado regalo. ¿Qué sucedió cuando intentó arrebatar el suyo al tonto? ¿Escarmentará el posadero? ¡Escucha este cuento y aprenderás la importancia que tiene conformarte con lo que Dios te da!