En esta meditación, Abelardo de Armas resalta la tristeza que había en Getsemaní: la tristeza de los apóstoles, una tristeza de débiles, una tristeza con la que no se lucha; también la tristeza de Jesús, en la que experimenta lo estéril de su sacrificio para los que se pierden. Ha comenzado su agonía en Getsemaní y está totalmente solo, ¿quieres acompañarle?