Nació en Sallent (España) el año 1807. Ordenado sacerdote, recorrió Cataluña durante varios años predicando al pueblo. Fundó la Congregación de los Claretianos. Fue nombrado arzobispo de Santiago de Cuba, cargo en el que se entregó de lleno para bien de las almas. Habiendo regresado a España, sus trabajos por el bien de la Iglesia le proporcionaron aún muchos sufrimientos. Murió en Fontfroide (Francia) el año 1870.