La vida de este gran santo está entretejida de leyendas. Parece que nació en Israel de padres hebreos. Abrazó la vida de los monjes del Carmelo siendo aún joven y se retiró cinco años al desierto de la Cuarentena, entregándose de lleno a la oración y la penitencia. Un día se le apareció Jesús indicándole que debía pasar a Sicilia para convertir a un famoso pecador que se llamaba Berengario, pues vivía con su hermana como si fuera su mujer. Llegado a Licata se entrevistó con Berengario y trató de atraerlo a la buena vida, sin conseguirlo. Después lo hizo con la hermana y ella lloró sus pecados y abandonó a su hermano, él no perdonó al santo y buscó la ocasión para matarlo. Un día, mientras predicaba Berengario se le acercó y le hirió mortalmente asestándole cinco estocadas. Antes de morir, el Santo pidió que perdonaran al asesino.