Al negársele ver a su mujer, Sansón se vengó al quemar la cosecha de los filisteos, utilizando 300 chacales. Esto resultó en que su mujer y el padre de ella fueran quemados. Sansón se escondió en Judá. Los de esa tribu lo tomaron y entregaron a los filisteos. Con la ayuda del Espíritu, Sansón mató a 1,000 filisteos con la quijada de un asno. Al haber hecho eso, Dios le hizo ver su debilidad al permitir que tuviese una gran sed. Jehová abrió una cuenca para proveerle a este juez de Israel.
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