Hoy en nuestro tren tenemos a George Contois. De niño y de adolescente frecuentaba una mega-iglesia bautista de más de 10.000 fieles. Solo el grupo de jóvenes contaba con más de 350 chicos. Toda su vida giraba en torno a esta iglesia y su fe: los cultos, el coro, la evangelización, las reuniones por grupo. Pero al ingresar en el Ejército todo cambia. De repente, Dios ya no tiene lugar en su vida. Los medios de comunicación y la vida online se apoderan de él. Saca su carrera, se casa con 21 años y todo le va estupendamente bien. ¿Cómo explicarlo? George «cree» en Dios, es solo que ya no lo «necesita». La muerte de su padre comenzará a sacudir su seguridad...