La historia del profeta Elías nos ayuda entender a Jesús cuando proclama que si mismo es el pan de vida en el evangelio de San Juan. El verdadero Dios de Israel no abandona a su profeta, sino le da el pan que necesita para seguir en su misión profética. Así es con Jesús: él es el pan que Dios, su Padre, da a nosotros para cumplir nuestras misiones en este mundo.
Homilía compartida con los feligreses de la Iglesia de Santa Teresita, Misicata, (Cuenca), Ecuador.