Para cuidar verdaderamente de las personas es necesario tener la vocación de ser enfermero. Cualquier persona podría aprender a hacer curas y manejar máquinas, pero un enfermero tiene que ir más allá de esto, porque el objeto de su esfuerzo es el cuidado de toda la persona y no el sueldo. El ser un trabajo vocacional provoca que te impliques, que saques de ti lo mejor para descubrir qué necesita esa persona. La Dra. Elena Francés habla de su experiencia como docente y de cómo ella trata de enseñar a sus estudiantes a profundizar en la vocación de la enfermería, porque el paciente merece ser tratado con la mayor dignidad y cuidado.