Después de haber tenido un sueño en el que se le anunciaban tres muertes, los jóvenes del oratorio y los clérigos querían saber de quiénes se trataba, y no obteniendo respuesta, se marcharon. Estando a solas los religiosos con S. Juan Bosco comenzaron a preguntarle sobre este y otros sueños anteriores y el santo les puso en guardia sobre algunas cosas que no marchaban bien del todo.