Solo el Señor tiene el poder de sacar bienes de los males y hace cooperar todas las cosas para el bien de aquellos que lo aman. El P. Rodrigo Miranda, IVE, en esta edición de «Una persecución luminosa», pone el ejemplo de cómo en la Semana Santa de 2013, los cristianos de Alepo se unieron casi físicamente a la Pasión y Muerte del Señor, ya que sufrieron numerosos ataques a manos de los musulmanes. Pero, a pesar de todo, los supervivientes quisieron celebrar la misa de Pascua y se palpaba la alegría que irradiaban sus rostros, porque veían que la muerte no es la última palabra, ya que el Señor ha resucitado verdaderamente.