Decenas de miles de personas desafiaron las restricciones impuestas por el coronavirus en todo el mundo para conmemorar, en ocasiones en peligrosas condiciones, el Día Internacional de la Mujer y denunciar la violencia contra ellas.
Tanto en las democracias pacíficas como en los países sumidos en grandes conflictos, las mujeres salieron a la calle, aunque en mucho menor número que en 2020, cuando la pandemia aún no había alcanzado su máxima expresión.