La tarde del 21 de junio de 1980, un grupo de personas armadas con metralletas y con el rostro cubierto entraron a la fuerza a las instalaciones de la Central Nacional de Trabajadores. A algunos dirigentes los sacaron a golpes y se los llevaron. También se tomaron fólders, libros y otros papeles con información importante, como nombres de dirigentes, direcciones y cartas de la organización sindical.