La violencia sexual es un delito que también afecta a los niños, pero en países como Guatemala, donde prevalecen posturas que fomentan el machismo, el silencio es una barrera que impide la atención a las víctimas. Es necesario sumarse a las acciones que permitan divulgar información confiable y contribuir a promover entornos seguros libres de violencia para la niñez.