El número de venezolanos que abandonaron el país superó los cuatro millones, según anunciaron la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, siendo uno de los grupos de poblaciones desplazadas más grandes del mundo, con un ritmo de salida impresionante: en solo 7 meses, desde noviembre de 2018, el número de refugiados y migrantes aumentó en un millón. Muy grave que el canciller de Nicolás, Jorge Arreaza, minimice este drama como una “instrumentalización de la migración”, en un claro ejercicio de proyección de su reciente campaña sobre los niños fallecidos por no recibir trasplantes de médula ósea. El caso es que mientras diversas agencias de la ONU buscan apoyo financiero para los países de acogida, algunas naciones intentan frenar el flujo migratorio complicando el ingreso. Tal es el caso de Perú, cuyo presidente, Martín Vizcarra, además de convertir en noticia la expulsión de venezolanos (alimentando torpemente la xenofobia), impuso una visa a partir del 15 de junio. Diversas organizaciones de DDHH criticaron esta medida y el régimen, en aplicación del principio de reciprocidad, exigirá visa a los peruanos a partir de la misma fecha.
La venezolana Marianne Díaz fue reconocida con el premio “Héroes de los Derechos Humanos” por investigar y liderar campañas de acción a favor de los derechos digitales. El premio creado por Access Now lo entregará la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
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