Carta de Sergio - Locución Sergi Adell
#Cartasdesdemicasa
A todos el covid nos ha dado un toque de atención. Un toque de atención que nos ha condenado, inevitablemente, a la soledad. Y también al miedo. Condenados a la soledad y al miedo, nosotros, tan acostumbrados a ir a partidos de fútbol con 30.000 personas, a beber en bares con trescientas, a ir a clase o a dar clase o a estar en clase con decenas. Nosotros, que vivimos tan rápido, de repente, condenados a la lentitud. Somos varios los que tenemos la suerte en estos días de estar acompañados de alguien a quien queremos, que hace que los días (aunque también a cuentagotas, lentos, insufribles a veces), sean días menos malos. Porque son días malos, claro que lo son. Pero también son días para sentir que importas.
Porque ahora, cada vida importa. Cada vida encerrada en un piso pequeño, en una habitación de hospital, cada persona que se levanta de madrugada o que no duerme por ayudarte, por ayudarme, por salvarnos. Cuando las cifras nos desconsuelan, así, de modo abstracto o global, el desconsuelo viene dado por el hecho de que esas cifras que nos asustan están hechas de infinitas desgracias individuales. Por eso creo que esto me ha hecho mejor persona. Porque a mí, me importas. Porque a mí me duele que ahora estés solo, que estés luchando esta batalla solo, porque no estábamos preparados para la guerra y, sin embargo, aquí estamos, luchando, sin uniforme, sin armamento, a pelo.
Estos días tengo la sensibilidad a flor de piel y, mi forma de sacarlo, es escribiendo. Me llamo Sergio Royo y esta es de las pocas cosas que sé hacer. Tengo 28 años y sé hacer pocas cosas más que escribir. Algo que suena insuficiente, sobre todo en estos días. Me gustaría ayudar de otra manera, no solo quedándome en casa. No solo aplaudiendo. No solo poniéndome delante de un teclado para narrar lo que te pasa, lo que me pasa, lo que nos pasa. Pero ojalá, en un futuro, puedas sentir que me importas. Que tu soledad ahora es la soledad de todos. Que tu lucha ahora es la lucha de todos. Y salgamos de esta, juntos, con más conciencia de ser y siendo mejores personas.
Te mando, querido desconocido, querida desconocida, toda mi fuerza y mi abrazo virtual. Hasta que volvamos a abrazarnos en persona. Porque cada vida cuenta y, en esta batalla, no estás solo.
Al menos quiero creer que estoy contigo, porque, aunque me guste recogerme, tener un mundo propio, este virus me ha hecho darme cuenta de que soy parte de algo. Cuenta conmigo, Sergio.
Create your
podcast in
minutes
It is Free