El pecado nunca se comete gratuitamente. El pecado acarrea muerte, y no es posible cancelar sencillamente sus consecuencias. La justicia de Dios puede tratar con la realidad del pecado de un solo modo, y esto es si otro paga por su culpa. “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras” (1Cor 15:3).
Create your
podcast in
minutes
It is Free