Ya instalados en la tierra de Canaán, los israelitas tendrían que llevar las primicias de su primera cosecha al santuario. Una figura de dar al Señor lo mejor de nuestras vidas y de nuestros bienes. Cada tercer año tendrían que compartir sus diezmos con los menos privilegiados en su aldeas. Se ratifica el pacto, Dios promete cumplir, el pueblo también.
Create your
podcast in
minutes
It is Free