Las dos hermanastras de una bella muchacha llamada Cenicienta, utilizaban a esta como si fuera su sirvienta y no le dejaban ni respirar. Sucedió que el príncipe de aquel país, convidó a los nobles a un baile y las hermanastras de nuestra amiga acudieron a él. Cenicienta se puso muy triste, pero su madrina, que era un hada, acudió en su ayuda. La muchacha, no solo asistió al baile, sino que el príncipe se enamoró de ella por su bondad y hermosura. ¡Este cuento no termina aquí! ¡Escúchalo completo y aprenderás qué magnífica es la virtud de la bondad!
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