Estoy seguro que todos recordamos al amigo de nuestra infancia o juventud que no lo hemos vuelto a ver, o tal vez falleció.
Comparto con ustedes un par de estrofas de un compositor pueblerino que le canta a la amistad diciendo así:
• Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo.
• Cuando un amigo se va, queda un tizón encendido que no se puede apagar ni con las aguas de un río.
• Cuando un amigo se va, se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido.
• Cuando un amigo se va galopando su destino, empieza el alma a vibrar, porque se llena de frío.
¡Hermosos pensamientos, ¿VERDAD SI? Ahora escuchemos a Jesús, el amigo por excelencia, cuando nos dice: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20
Create your
podcast in
minutes
It is Free