Universidad Abierta de Recoleta
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Soy Roberto, tengo 45 y soy el esposo de la Teresa. Ay, esa mujer. Les juro que me pego con una piedra en el pecho por estar con alguien como ella, no sé cómo me aguanta. Siempre me cuida cuando me resfrío, y con este bicho del coronavirus se las mandó. Sus sopitas de pollo le quedan igual a como me las hacía mi viejita. Es tremenda mamá, aparte, cuida a los niños, a su taita y tiene la casa impeque. Como que se multiplica.
Por eso, me extraña que haya cambiado tanto estos últimos días, como que la cuarentena la tiene mal parece. El otro día le dije que calmara al niño porque estaba en medio de una reunión por video, y me dejó de hablar en todo el día. La famosa ley del hielo. La verdad no entiendo por qué la descarga conmigo, si no he hecho nada.
Mira si ya vamos como una semana tratándonos mal con la Teresa, pa más remate, los niños se están portando pésimo. Mi cabrita de 15 años ya ni pasa tiempo con la familia, todo el día pegada al celular. El otro día, la Teresa la retó y le quitó el aparato, no sé si era pa tanto, pero ahora anda aburrida y está peor, ni siquiera hace las guías que mandan del colegio la cabra floja. El conchito de 8 que tengo, en cambio, se pega a mí, que papá esto, papá esto otro, y uno tiene que trabajar poh.
No doy más de cansado. Despierto cansado y me acuesto cansado. Con suerte, me da para cumplirle al jefe, y más encima la Teresa me pide que le ayude con las tareas de la casa. Pero claro, cuando hago algo me reta, porque lo hago mal. Me trata como si fuera un niño y no sabe nada que yo soy el que trae el pan a la casa. Si me despiden… ahí quedamos, nos vamos a la B. Pero obvio que ella no lo toma en cuenta, aparte, no sé qué tanto se queja si está acostumbrada a estar en la casa.
Un día se armó la grande. Estaba chato de la niña, así que le devolví el celular no más. La Tere explotó, nos encerramos en la pieza y discutimos como nunca. Que era un irresponsable, que no paso tiempo con los niños y que no la ayudo en nada. Yo le dije que era súper injusta conmigo, que nah que ver, que está histérica. Fue bien feo en verdad, ojalá que los niños no hayan escuchado.
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