Universidad Abierta de Recoleta
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Mi nombre es Teresa, tengo 40 años, un hijo de 8 y una de 15. Vivimos los cuatro con mi pareja en la comuna de Recoleta. No sé bien dónde me contagié, puede ser en La Vega, porque siempre está llena de gente, o quizás en el metro camino a la pega. No entiendo, yo siempre me cuido, incluso reto a mis niños cuando no se lavan las manos. Uso sagradamente mi mascarilla y me aguanto no rascarme los ojos cuando salgo. ¡Mira mis manos! Todas rotas por el jabón.
Hago memoria. Definitivamente fue en La Vega, incluso, me extrañó que ya no estaban pidiendo permisos ni nada, como si fuera un día normal. Tenía una mala espina, pero La Vega es barata y ya casi no teníamos comida ni plata, aparte mi papá necesitaba unas cosas. “Cómo me iba a tocar a mí”, pensaba, mientras escogía los mejores tomates para el almuerzo. Le paso a dejar sus cositas a mi viejo y lo saludo de lejos, pero el muy porfiado se acerca más de la cuenta diciendo que no pasaba nada, que era un tongo de los poderosos.
Me empecé a sentir mal un martes, pero no le hice mucho caso. Estaba decaída y con un poco de dolor de cabeza; luego, vino la tos y me dolían los brazos y las piernas. Pero fue un ratito no más, así que seguí haciendo mis cosas.
Me empecé a preocupar cuando, tres días después, mi marido empezó con los mismos síntomas. Al principio, como de un resfriado, pero al séptimo día se empezó a sentir muy mal. “Me duele el cuerpo”, decía mientras le llevaba una sopita de pollo. Durante el día no se notaba tanto, pero en la noche no podía dormir, yo menos. En las mañanas ya ni veía las noticias, me angustiaba de solo prender la tele y con la falta de sueño andaba más mañosa que de costumbre. Aparte, me costaba entender lo que decía el ministro.
Le dio fiebre alta y estuve a punto de llevarlo al hospital, pero no queríamos, porque si salíamos positivos… bueno, por aquí todos se conocen y ya se sabe cómo es la gente... Los únicos síntomas que tuvo mi hija fue la pérdida del olfato y el gusto, eso duró como una semana. Y el concho se salvó jabonado parece, porque no le pasó nada.
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