Universidad Abierta de Recoleta
Education
Casi no existe barrio en Chile que no tenga un negocio de abarrotes atendido por algún vecino o vecina; ahí donde compras esa palta que faltó para la once y te quedas cahuineando sobre algún vecino o comentando el presente nacional. Este tipo de negocios tradicionales, que según un estudio de FUNDES Latinoamérica, representa el 37 % de las ventas al por menor en Chile, han logrado sobrevivir ante la arremetida violenta de gigantes supermercados, tales como Tottus o Wal-Mart Líder.
Han sabido mantenerse porque se ubican en barrios donde están sus consumidoras y consumidores objetivos, con una relación casi familiar y generando lazos comunitarios de lealtad. Esta demanda de sus compradores y compradoras se expresa en que el 55 % de la compra de reposición se realiza en almacenes de barrio, según FUNDES. Principalmente, se trata de los que pertenecen a estratos medios y bajos gracias al fiado, cuando simplemente no alcanza para llegar a fin de mes. Bajo este panorama se puede ver cómo estos negocios se transforman en pilares fundamentales de la vida barrial. Pero cuando la oferta sube con la llegada de estos gigantes supermercados, lamentablemente les baja la demanda. Han resistido, pero eso también demuestra que se encuentran en un estado de fragilidad constante.
Esta situación se acrecienta en la periferia de las ciudades como por ejemplo Santiago, ya que varios negocios de barrio son el primer piso de una casa. Se suman también las ferias libres donde se suelen comprar más que solo verduras y frutas. Cuando un supermercado como Wal-Mart se posiciona en las periferias, entra a competir gracias a los bajos precios en relación con el minorista, llegando incluso a prácticas como el dumping, que es la venta bajo el precio normal con la intención de eliminar a las empresas competidoras apoderándose del mercado.
Create your
podcast in
minutes
It is Free